Jugar un partido de fútbol está bien, pero ir a la Copa Mundial de Fútbol está mejor, ¿no? Algo así sucede con las grandes marcas. No desean vender simplemente su producto, sino que generar relaciones a largo plazo con sus clientes, las cuales les permitan seguir en juego.
¿Pero cómo lograrlo?
Esto es altamente posible gracias a la correcta implementación de un buen Programa de Fidelización, el que puede aumentar las ventas de una empresa hasta en un 20%.
Y es que diseñar una estrategia orientada a lograr que el consumidor sea el foco del negocio es clave para maximizar los beneficios de una empresa. Para ello, es fundamental saber quiénes son los clientes y qué necesitan, lo que dará como resultado un buen nivel de satisfacción.
A través de nuestra experiencia evaluando, diseñando e implementando Programas de Incentivos, Reconocimiento y Fidelización, creemos que esto puede ser factible gracias a la ejecución de tres ejes fundamentales:
1. Fideliza a tu cliente
Construir una relación con el cliente denota un interés por parte de la empresa, no sólo para intentar obtener un beneficio económico, sino que para lograr la diferenciación tan necesaria en la actualidad. En un mercado cada vez más competitivo, es imprescindible entregar productos de calidad y un servicio diferenciado.
Una óptima fidelización se consigue cuando se construyen relaciones a largo plazo y se trabaja en base al engagement y comportamiento de compra demostrando que detrás de todo proceso de venta hay un interés en la persona. Algo similar hizo Bielsa y su equipo técnico al tomar la selección chilena: mostraron interés por el jugador como persona y no tan sólo como deportista.
2. Fomenta una cultura centrada en el comprador
Una compañía siempre debe tener la responsabilidad de lograr la permanencia de sus clientes. Y contar con una cultura centrada en ellos exige contar con un área específica, la cual no sólo canalice sus necesidades, sino que también responda a sus requerimientos, a través de una orientación rápida y certera.
Existen numerosos casos donde aún existiendo conocimiento de lo que el cliente quiere y espera no se implementan las acciones a través de los canales o puntos de contacto establecidos. Es como tener al mejor delantero del equipo ubicado en la mejor posición posible, pero quien lleva el balón es un lateral incapaz de centrar.
La atención personalizada y una comunicación efectiva que fluya de una forma espontánea, y no a través de discursos preestablecidos, pasan a ser aspectos claves a considerar si se quiere lograr el éxito del negocio.
3. Construye un equipo fidelizador
La motivación de los colaboradores influye directamente en el trato que se les entrega a los clientes. Resulta imperativo contar con trabajadores especializados, los cuales puedan aportar e informar a los clientes basándose en sus necesidades.
El escenario ideal es siempre tener un colaborador o promotor del propio proyecto en terreno para que pueda aclarar dudas, pero por sobre todo para mejorar la estrategia de fidelización con un trato más cercano.
Cuando un cliente habla bien del servicio o producto entregado por una determinada empresa, esto quiere decir que se ha logrado contar con un verdadero embajador de la marca, el que con el “boca a boca” podrá recomendar y avalar esas buenas prácticas con las que cuenta la compañía.
Tal como ocurre en los equipos de fútbol, un gol no lo consigue sólo un jugador, sino que se logra de la mano de una estrategia y un trabajo en conjunto, el cual tiene como objetivo anotar, diferenciarse y ganar el partido, lo que en este caso se traduciría como ganarse la lealtad y permanencia del cliente.
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